El sol me daba de lleno en la cara pero para nada me molestaba, es más,
lo agradecía. Desde que vivía en Londres podía contar los días soleados con una
mano, y eso que llevaba aquí varios años. Estaba tumbada en el césped bocarriba
intentando tener un momento de paz, pero sabía que duraría poco.
-Mami, dile a papá que deje de hacerme cosquillas.-se tiró encima de mí.
-¿A papá?-abrí solamente un ojo para hacerla reír.-¿Tan cabreada estás
que no lo llamas papi?
-¡Es que no me deja!
Abrí completamente los ojos y la observé unos segundos. Era idéntica a
su padre, sobre todo cuando se cabreaba. Tenía el pelo tan oscuro como él y
esos ojos color miel que brillan de una forma especial. Lucy al ver que no
respondía se cruzó de brazos inflando los mofletes.
-¿Quieres que vayamos a hablar con papá?-ella asintió.-¿Y qué le
decimos?
-¡Qué no me haga cosquillas!
-¿Y si mejor le decimos que te deje que lo peines?
-¡Sí, jugar a las peluqueras!
Reí por la forma tan extraña en la que comenzó a saltar y me levanté
para ir en busca de Zayn. Entramos en casa cogidas de la mano mientras Lucy
gritaba llamando a su padre, que rápidamente nos respondió para que fuésemos
con él.
-Mami tiene algo que decirte.-le sacó la lengua sentándose a su lado en
el sofá.
-A ver mami, habla.-me dijo él.
-Juega a las peluqueras con la niña.
-¿De quién ha sido idea esto?
Lucy me señaló a mí y yo la señalé a ella, siempre hacíamos lo mismo y
al final nos echábamos a reír. Zayn nos miró con los ojos entrecerrados y tiró
de mi brazo para que cayera sobre sus piernas.
-No sé por qué me huele a que esto es idea tuya.-me susurró al oído.
-Puede ser, me encanta como quedas siempre.
-Oye Lucy, ¿por qué no peinas a mamá?
-No, a ti.-después abrió mucho los ojos y nos abrazó.-¡Mejor a los dos!
Esta vez fui yo la que miró a Zayn con los ojos entrecerrados y él
comenzó a reír. De pronto oímos un leve llanto y me levanté de un salto, estaba
salvada.
-Ve peinando a papá, voy a ver qué le pasa a Mike.
Subí las escaleras prácticamente de dos en dos para llegar a la
habitación del bebé. Al entrar lo encontré llorando, se acababa de despertar.
Nada más cogerlo en brazos se calló y se abrazó a mí. Volví a bajar las
escaleras para entrar al salón pero el timbre sonó, así que fui a abrir.
-Hola grandullón, ¿te has despertado ya de la siesta?-dijo Harry
cogiendo al bebé.
-Pero no lo cojas tú.-le gritó Louis entrando detrás de él.-Luego no se
quiere despegar de ti.
-Serán maleducados, ni te saludan.-me dijo Liam.-Hola Amber, te veo muy
bien.
-Hola Liam.
-Amber.-me saludó Niall dándome un beso en la mejilla.-¿Qué tienes hoy
para mí?
-La cocina es toda tuya, coge lo que quieras.
Esto era prácticamente un ritual, siempre que los chicos venían hacían
lo mismo. Fui detrás de ellos y entré al salón encontrándome a Zayn con unos
cuantos totos en la cabeza y Lucy sobre Harry ocupándose ya de su pelo mientras
Mike reía por las caras que Louis le ponía.
-Hoy que me apetecía a mí algo de chocolate no tenéis nada.-entró Niall
con una bolsa de patatas.
-¡Pero deja de comer!-le dio Zayn una colleja.-Siempre que vienes
tenemos que ir a hacer la compra porque acabas con todo.
-¿Por qué no han venido las chicas y los niños?
-No queríamos molestar demasiado.-respondió Liam amablemente.
-Lucy cariño, ¿por qué no peinas a tu mamá?-intentó deshacerse de ella
Harry.-Mira que pelos lleva hoy.
-Serás...
-Esa boca, que hay menores delante.-me riñó Louis.
-No tito, quiero jugar contigo.
-Claro Harry, ahora va a maquillarte.
Inmediatamente la niña corrió a su habitación para traer su estuche con
pinturas. Yo me senté junto a Zayn y él me dio un tierno beso en los labios, no
tardaron mucho en dejar de nuevo a Mike
en mis brazos.
-Y pensar que la primera vez que te vi quise ligar contigo.-volvió a decir Harry y se llevó un codazo de
Zayn.-Lo digo por cómo me trata, pero tranquilo que cuando yo la vi estaba
hasta las trancas por ti.
-Es el efecto que suelo causar en las mujeres.-se llevó esta vez él un
codazo de mi parte.-Causaba cariño, causaba.
La niña volvió y acabó maquillándolos a todos. Cuando cenamos y ellos ya
habían dado bastante el follón, se fue cada uno a su casa. Zayn fue a acostar a
Lucy y yo le di el biberón a Mike para después llevarlo a su cuna.
Cuando se quedó dormido fui a mi habitación y al ver que Zayn todavía no estaba allí fui al
dormitorio de la niña. Me quedé en el marco de la puerta apoyada escuchando
como le contaba la misma historia de
siempre, una chica que paseaba perros tropezó y al levantarse del suelo se
encontró con el amor de su vida, también llamado chico misterioso.
Lucy se quedó dormida y Zayn le dio un beso en la frente para después
salir de la habitación. Cuando se dio la vuelta y me vio su sonrisa se acentuó
un poco más. Llegó a mi lado y entrelazó sus dedos con los míos mientras
cerraba la puerta.
-Está muy mal escuchar conversaciones ajenas.
-Bueno, estabas hablando de mí así que estamos en paz.-puse mis brazos
sobres sus hombros.
-No sé cómo no se cansa de esa historia, siempre quiere que se la
cuente.
-Porque es nuestra historia y es la más bonita que hay.
-Te quiero.-me dio un beso en los labios.
-Yo también te quiero chico misterioso.
Y así es como ocurren las cosas más importantes. Un día vas caminando
por la calle y de repente te encuentras con esa persona que siempre estará a tu
lado y te hará reír en los peores momentos. Como dicen, el amor está en todas
partes.