Estaba preparándome para una fiesta. Vale que yo no soliera
ir a muchas, pero esta era especial. Mi mejor amigo cumplía 25 años y lo
celebraría por todo lo alto.
Dougie, él era mi amigo desde que teníamos seis años y
empezamos a ir juntos a clase. Desde ese día no nos hemos separado nunca, hasta
se puede decir que yo vine a vivir a Londres para no estar lejos de él.
Siempre mucha gente ha pensado que éramos más que amigos,
pero nunca ha sido así. Alguna vez he creído sentir algo más hacia él, pero me
daba cuenta de que estaba equivocada.
Me miré por última vez al espejo y salí de casa. Tenía la
corazonada de que esa sería una buena noche. Llegué a la discoteca donde era la
fiesta y me adentré entre la gente.
Conocía a algunas personas de las que allí había por lo que
me paré a hablar con unos cuantos. Lo buscaba a él con la mirada, pero no lo
veía por ningún lado. Me disculpé ante la gente con la que estaba hablando y fui a
buscarlo.
Como no lo encontré
por ningún lado, fui a la barra en busca de una copa. Pedí un mojito al
camarero y me giré para mirar a la pista, entonces lo vi. Él bailando con una
chica, besándola.
Cuando se separó de ella, su mirada y la mía se cruzaron. Yo
cogí la copa que me había servido el camarero y salí de allí. Me
había sentado mal verlo con aquella chica. Salí del local y me limpié unas
pocas lágrimas que habían escapado.
-Sí, no es nada.
-¿Mal de amores?
-Algo así.-me senté a su lado.
-Eres demasiado guapa para sufrir por un chico.
-¿Intentas ligar conmigo?
-No, no me mal interpretes.
-No importa.-sonreí.- ¿Eres amigo de Dougie?
-Digamos que somos conocidos.-me miró.-Tienes que animarte, estas en una fiesta.
-¿Vas a estar esta noche conmigo?-pregunte levantándome.
-Si insistes.
Volví a entra a la discoteca con aquel chico, que por cierto no sabía su nombre. Bailé y bebí con él toda la noche, una copa tras otra.
Llevaba unas cuantas copas de más cuando volví a ver a Dougie con aquella chica. Sin pensarlo subí a la barra y comencé a bailar. Todos gritaban mientras yo bailaba al ritmo de la música. La gente empezaba a agolparse en la barra, entonces alguien me cogió y me saco de allí.
-Suéltame, quiero bailar.
Cuando estuvimos fuera me dejó en el suelo y me apoyó en la pared. Todavía no sabía quien era así que levante la cabeza y me encontré con Dougie.
-¿Se puede saber por qué has hecho eso?-intenté levantarme.
-Estás borracha.
-Ese no es tu problema.-grité.
-No me pasa nada, puedes ir con tu amiga.
Vi como sonreía. Yo avergonzada agaché la cabeza tapándome la cara con el pelo.
-¿Por eso estás así?-levantó mi barbilla.-Contéstame.
No dije nada, solamente le di un manotazo en la mano para que no me tocara. Entonces el rió y se acerco a mí.
-Mírame a los ojos.-le hice caso.-¿Estas celosa?
-No digas ton...
No me dejó terminar porque juntó sus labios con los míos. Intente resistirme y separarme de él, pero no pude y seguí aquel beso.
-Parece que ha llegado el día.
-¿El día de qué?-le mire esperando una explicación.
-El día que te confieso que estoy enamorado de ti y que siempre lo he estado.
-No te creo.-miré a otro lado.-¿Y la chica de esta noche?
-Estaba con ella para intentar olvidarte, igual que con las novias que he tenido.
-¿Por qué no me lo dijiste antes?-le miré con una pequeña sonrisa.
-Tenía miedo de que tú no sintieras lo mismo que yo.
Estaba muy nervioso, no sabía lo yo que respondería. Cansado de esperar se sentó a mi lado y suspiró.
-Si no sientes lo mismo lo entenderé.
Esta vez fui yo la que lo calló con un beso. Ahí estábamos en medio de la calle, besándonos ante la atenta mirada de todos los que por allí pasaban.
-¿Eso quiere decir?
-Que te quiero y siempre te querré.
Y efectivamente, siempre le quise. Han pasado unos años desde aquello y ahora estoy preparándome para mi boda. Estoy segura que junto a él seré la persona más feliz del mundo el resto de mi vida.
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